Sin haber dado muestras de disminuir, el coronavirus está marcando la pauta del futuro de la banca, con cambios que se venían dando y que se aceleraron, y también con otros que pocos se imaginaban.

Menor uso del efectivo, desarrollo de tecnología para mover dinero, información en tiempo real para tomar mejores decisiones y hasta la equiparación entre los jóvenes, a quienes se les facilita el uso de las fintech, pero que ahora por fuerza de las circunstancias, a los adultos de más edad les está tocando entrar a ese mundo

La compañía Latinia presentó su informe Latinia Intelligentia, con 10 lecciones de la crisis que transformarán el sector. Menciona que “el virus puede acabar haciendo más por ese proceso de transformación digital que el tiempo que llevamos todos cavilando sobre cómo debe ser la banca del mañana”. En síntesis, cambiarán las prioridades del consumidor, del cliente, y si estas se modifican, parece sensato que también lo hagan las del banco, dice.

1. MENOS OFICINAS

El continuo cierre de sucursales ha vivido con la pandemia un capítulo que ya venía dándose y obliga a pensar en si la banca tiene sentido sin presencia física. Y es que ya hay bancos 100% digitales y Colombia no escapa a esta tendencia.

2. SENIORS, PRESENTES

La pandemia también está sumando a los adultos mayores que, por fuerza del aislamiento, se han tenido que unir a la banca online. Uno de cada cinco clientes de 70 a 80 años estaban en esa tendencia. De seguro, la cifra va a aumentar fuertemente.

3. MÁS INFORMACIÓN

Habrá más necesidad de estar informados en tiempo real sobre el estado de las finanzas personales. Ahora ya no pasarán días sin estar al tanto de lo que pasa con los saldos o movimientos. Esto ahora será como una necesidad fisiológica.

4. MÁS ‘APPS’

Esta es muy predecible. Debido a la pandemia y a las medidas de distanciamiento social y aislamiento, el uso de aplicaciones financieras en Europa creció solo la primera semana de confinamiento hasta en un 72%, según revelaron varios estudios.

5. EL ÉXITO DE LO SOCIAL

Las redes sociales son importantes en el estudio por la cantidad de usuarios que se mueven hacia esa forma para comunicarse con sus bancos y por los contenidos y la calidad de esa interacción con ellos, siendo este el mejor indicador del éxito de un canal, al evidenciar una voluntad de conversar con sus bancos. 

6. EL E-MAIL NO HA MUERTO

El correo electrónico, denostado en los últimos tiempos como el hermano pobre de la comunicación comercial, se ha revelado nuevamente como el perfecto vehículo relacional para la emisión y entrega de ciertos contenidos por parte del banco y/o su gestor, igualmente encerrado en sus hogares.

7. EL VIRUS DEL FRAUDE 

Las comunicaciones digitales han crecido exponencialmente y a la par las malas intenciones que viajaban con ellas. Así, el fraude electrónico y los timos no han desaprovechado la ocasión para colarse en la fiesta de las comunicaciones, y han hecho en los meses de febrero, marzo y abril, sus mayores ganancias. 

8. ‘SUCIO DINERO’

Un estudio de la Universidad de Nueva York descubrió que en cualquier billete podían anidar más de 3.000 bacterias. Mientras que China lavó -físicamente- grandes cantidades de billetes, la Reserva Federal puso en cuarentena durante 10 días todo dólar que viniera de Asia para evitar la propagación del virus.

9. TARJETAS Y BIOMÉTRICOS

Los pagos que se realizan tampoco quedaron a salvo de una infección, cualquiera que sea el método utilizado. Dinero, tarjetas con o sin contacto demostraron no ser inmunes al virus. El celular y sus billeteras virtuales, que tocamos varias veces, son un posible foco transmisor como herramienta de pago de proximidad. 

10. EL CLIENTE COVID-19

El cliente que figura en los balances de los bancos es distinto al de 2019. El usuario ahora espera que cumpla con la responsabilidad que le delegó: gestionar su tranquilidad. “Te dejé mi dinero, confié en ti (cuando había otros): demuéstrame ahora que fuiste una buena elección”.

Tomado de: www.portafolio.co