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Una visión sostenible del packaging en 2022 y más allá

La vida normal ha cambiado de manera irreversible debido a dos factores: la pandemia y la crisis climática. Y la industria del envase y embalaje no es inmune a estas dinámicas cambiantes.

Ahora bien, la industria del packaging –en toda la cadena de suministro, desde los proveedores de materias primas hasta los fabricantes, las marcas y los consumidores– está cambiando nuestra forma de entender el embalaje.

En 2018, la UE aprobó la Directiva (UE) 2018/852 sobre residuos de envases que establece que para finales de 2025, deben reciclarse un mínimo del 65 % de todos los residuos de envases. Los consumidores empiezan a exigir menos envases de productos, que a su vez sean más sostenibles, pero que puedan seguir protegiendo los productos adecuadamente. Las marcas están respondiendo a estas demandas –y a sus propios objetivos de sostenibilidad– recurriendo a convertidores de envases para obtener opciones de envasado más ecológicas. Y los convertidores, a su vez, buscan formas de incorporar materiales y prácticas más sostenibles en sus procesos de desarrollo, fabricación y distribución de productos.

El objetivo es alcanzar la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de suministro. Pero el logro de este objetivo no está no obstante en consonancia con los objetivos corporativos de ahorro de costes. Para mejorar la sostenibilidad es necesario realizar inversiones. Y los consumidores deben conocer el valor de un envase más sostenible y estar dispuestos a pagar más por ello.

Sostenibilidad: un objetivo que vale la pena perseguir

Debido tanto a la demanda de los consumidores como a las presiones de la crisis climática, la sostenibilidad adquiere cada vez más importancia para las marcas. Para lograr reducir el impacto ambiental, las marcas deben involucrar a toda la cadena de suministro para una evaluación del ciclo de vida de la huella de carbono de todos sus productos. En la medida en que otras partes de la cadena de suministro han controlado sus emisiones de carbono de acuerdo con la norma PAS 2050, las marcas pueden aplicar dicho cálculo de emisiones de CO₂ para reducir su propia huella. Por lo tanto, las marcas deben buscar proveedores que sigan una estrategia de medición de las emisiones de carbono, o cuyos productos y materiales ya hayan sido medidos.

Asahi Photoproducts sigue estudiando la neutralidad de las emisiones de carbono. Habiendo cumplido con los estándares PAS 2050 para medir la situación actual de la empresa, continuamos evaluando la posibilidad de reducir la huella de carbono de las planchas flexográficas lavables en agua AWP-DEW CleanPrint de nueva generación.

Un legado de sostenibilidad

Nuestro esfuerzo por lanzar productos más sostenibles al mercado no comenzó durante la pandemia. Más bien, llevamos medio siglo trabajando para alcanzar este objetivo, a pesar de que la terminología para los distintos aspectos de la sostenibilidad haya cambiado veces a lo largo de todos estos años. Asahi Kasei fue, de hecho, el primero en fabricar una resina de plancha de fotopolímeros lavable en agua (APR TM ) en 1971.

Durante mucho tiempo, nuestra empresa matriz Asahi Kasei ha reconocido que el cambio climático es un grave problema mundial que afecta tanto al medio ambiente como a la sociedad en su conjunto. Su misión de grupo ha sido, y sigue siendo, contribuir a la vida y la subsistencia de las personas en todo el mundo. Incluso cuando gran parte de la actividad económica y social mundial se suspendió debido a la pandemia de Covid-19, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) no disminuyeron en gran medida, y comenzaron a aumentar nuevamente en cuanto se reanudó la actividad económica y sociales. Esto es un indicio de la dificultad de resolver el problema del cambio climático y de la necesidad de acelerar los esfuerzos pertinentes.

Para Asahi Photoproducts, un aspecto clave de nuestro esfuerzo por ofrecer productos en armonía con el medio ambiente incluye cambiar de un proceso de fabricación de planchas lavables en solvente basado en hidrocarburos a una alternativa sin compuestos orgánicos volátiles, como es el lavado con agua. Pero, por supuesto, no nos detendremos aquí en nuestro viaje hacia el balance cero emisiones de carbono. También seguiremos estudiando la materia prima y los procesos de fabricación para determinar cómo pueden encajar en nuestros futuros desarrollos.

No debemos olvidar que, gracias a la mejora de la calidad y la productividad que la tecnología de impresión flexográfica ha logrado a lo largo de los años con innovaciones como la familia de planchas lavables en agua CleanPrint de Asahi, la flexografía ya se encuentra en posición de competir con el offset y el huecograbado. Cabe señalar que el huecograbado supone aproximadamente el 20 % de la impresión de envases en todo el mundo, pero presenta una gran desventaja: requiere el uso de un químico altamente tóxico, el trióxido de cromo, para la fabricación de los cilindros de huecograbado. Si bien la Unión Europea ha ampliado su aprobación para el uso de este producto químico hasta septiembre de 2024, eso no disminuye el impacto medioambiental del huecograbado.       

¿Envasado o fresco?

Hay otra tendencia que es importante mencionar: la expansión de lo que se conoce como “tiendas de cero residuos”, que venden productos alimentarios sin envasar. Aunque este enfoque es admirable para reducir el desperdicio de envases a escala local, es posible que no pueda resolver el problema del desperdicio de alimentos a gran escala. El desperdicio de alimentos es un problema importante a nivel mundial y, en muchas zonas del mundo, la seguridad alimentaria es un problema creciente.

Por otro lado, los alimentos envasados, especialmente si el material de envasado puede reutilizarse como nueva materia prima en una economía circular de circuito cerrado, pueden ser realmente más sostenibles. El uso de películas de barrera funcional y ligera en los envases para evitar que la humedad, el oxígeno y los contaminantes entren en contacto con los alimentos, puede mejorar probablemente la vida útil de los alimentos y reducir los residuos de productos alimentarios. En última instancia, los alimentos no envasados ​​a gran escala pueden dar como resultado más alimentos en mal estado, y de este modo en realidad se desperdicia este valioso recurso. No es necesario envasarlo todo, por supuesto. Pero un modelo híbrido para la venta de alimentos al por menor puede minimizar los residuos y maximizar la sostenibilidad.

Fuente: Alborum