En el gobierno de Juan Manuel Santos también se propuso eliminar las EPS y no fue viable
La reforma del sistema de salud es uno de los principales objetivos del gobierno actual
Y la posible eliminación de las Empresas Promotoras de Salud (EPS), es uno de los aspectos que generan mayor incertidumbre para las compañías del sector de la salud colombiano, aunque el proyecto se radicará hasta comienzos de 2023, el gobierno ha manifestado que se seguirán tomando acciones frente a las EPS que no cumplen con las exigencias establecidas para operar y que las que sí funcionan podrían convertirse en redes de planes de pólizas de seguros.
No es la primera vez que se propone la eliminación de las EPS, durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, también consideraba que las EPS del régimen subsidiado debían ser reemplazadas en la administración de recursos por las Secretarías de Salud (Habrá vuelco en el sistema de salud), debido al desempeño de las instituciones frente a indicadores financieros y de prestación de servicios.
Al final esta propuesta de reforma no prosperó por falta de trámite ante la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, además, sus principales detractores afirmaban que no lograría solucionar los problemas del sistema de salud, ya que sería tan susceptible a la corrupción y la integración vertical de los servicios como con las EPS. Casi 10 años después estas discusiones siguen estando vigentes y todavía hay diferentes perspectivas sobre cuál sería el mejor modelo de salud para el país.
Aunque hay múltiples sistemas de salud en el mundo, estos se pueden clasificar en tres categorías: sociales, cuando su financiamiento y funcionamiento depende exclusivamente del Estado, como sucede en el caso cubano; liberales, en los que la salud es considerada un bien de consumo expuesto a las leyes del libre mercado, como ocurre en EE. UU y, por último, existen modelos mixtos en los que se combinan actores públicos y privados. Los tres tipos cuentan con ventajas y desventajas, además de casos de éxito y fracaso.
En Colombia el modelo de salud es de carácter mixto, ya que está conformado por el Estado, representado por instituciones como el Ministerio de Salud, la Adres, la Superintendencia Nacional de Salud, entre otros; los proveedores de servicios de salud, donde se encuentran los hospitales públicos y privados y las EPS de los regímenes contributivo y subsidiado. En otros modelos mixtos de salud no existe como tal la figura de las EPS; pero sí intervienen actores vinculados a los temas de aseguramiento en salud, además los modelos mixtos son empleados en muchas naciones del mundo, ya que los países se ven en la necesidad de adecuar las instituciones a sus realidades socioeconómicas y políticas.
El éxito o fracaso de un sistema de salud no está ligado exclusivamente al modelo, sino que depende también de la economía, la legitimidad de las instituciones y ventajas poblacionales y geográficas, entre otras. La mayoría de las veces los sistemas de salud son calificados en términos de calidad, sostenibilidad y eficiencia, algo que todos los modelos ofrecen en mayor y menor medida dependiendo de la capacidad de las instituciones para gestionar la satisfacción de las necesidades de las personas y de las empresas. Existen muchos rankings de salud, como el Global Health Service Monitor, el Health Inclusivity Index, el de eficiencia en salud de Blomberg, las evaluaciones de la Organización Mundial de la Salud, etc.; aunque los ítems de puntaje difieren, las calificaciones coinciden en poner en los primeros lugares a países con estabilidad económica y política.
Por ejemplo, se afirma que el mejor sistema de salud asiático es el modelo mixto de Singapur, que se distingue por la alta calidad de los servicios y los bajos costos que estos representan para los afiliados, alrededor del 60% del gasto en salud de este país es privado y se financia con los aportes que hacen los ciudadanos, por lo que no se ha convertido en una carga fiscal para el Estado, además, las personas tienen la libertad de escoger sus proveedores de servicios de salud lo que incrementa la competencia entre instituciones públicas y privadas a la vez que las impulsa a mejorar en eficiencia e innovación y bajar los precios.
En Singapur, los copagos que los pacientes hacen salen de sus fondos de ahorro privado lo que disminuye los incentivos a abusar del sistema y el Estado vigila que los costos se mantengan bajos para que el aseguramiento siga siendo posible, también subvenciona a las personas de bajos recursos, permitiendo cobertura universal en medio de un equilibrio entre libre mercado y regulación que permite la eficiencia, calidad y sostenibilidad del sistema; pero, tras estos resultados se encuentra igualmente la estabilidad económica de Singapur que lo hace uno de los países más competitivos de la región, su alta formalidad laboral, el perfil demográfico de su población que todavía es joven a diferencia de otras naciones del mundo y su menor número de habitantes que facilita asuntos relacionados con la infraestructura, entre otros.
Otro sistema de salud mixto y altamente regulado que ha ganado notoriedad mundial es el Suizo, ya que es uno de los mejores y también uno de los más costosos, algo que no limita en gran medida el acceso gracias a los altos ingresos de sus ciudadanos, en este país los residentes están obligados a pagar un seguro básico y obligatorio a las aseguradoras, que compiten entre sí, además, aunque el sistema no se financia con impuestos el Estado garantiza la atención a aquellos que no pueden cubrir los gastos. Otros sistemas de salud con buena reputación como el australiano y el holandés también cuentan con empresas aseguradoras que funcionan bajo la regulación del Estado y son altamente competitivas, lo que tiene un fuerte impacto en la calidad de los servicios prestados.