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Tres farmacéuticas están autorizadas para producir dexametasona en Colombia

Los laboratorios están listos para aumentar la producción del fármaco económico y accesible que alivia pacientes graves de COVID-19.

Tan solo hace unos días atrás, unos investigadores de la Universidad de Oxford le dieron al mundo la noticia de que un fármaco barato y de fácil acceso, la dexametasona, puede salvar vidas de pacientes que se encuentran graves a causa del coronavirus.

De inmediato, desde la Organización Mundial de la Salud, hicieron un llamado a la prudencia para reservar el uso del esteroide para el tratamiento de los casos más severos de COVID-19, destacando que una vez determinado su potencial, es el momento de aumentar la producción y asegurar su distribución en todo el mundo.

En Colombia, según el Invima, son tres las compañías farmacéuticas autorizadas para fabricar y vender Dexametasona; Laboratorios Procaps, Vitalis y Sanofi, a través de Genfar. Una decena de laboratorios pueden venderlo; uno de ellos, Biosano, puede importarlo y un par más está en trámites para renovar licencias.

La dexametasona pertenece a la familia de los corticoides (o corticosteroides), que tienen propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas. Estos medicamentos son esenciales en el manejo de patologías como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el distrés respiratorio agudo, las alergias broncopulmonares, nasales, cutáneas y oculares.

Henry Olmos Posada, vicepresidente ejecutivo de Procaps para Colombia, explicó a Forbes que esa multinacional colombiana exporta el medicamento a siete países, aunque no es uno de los fármacos de mayor venta de la compañía, por lo que tienen inventario para un consumo normal. Sin embargo, tienen la capacidad productiva en su fábrica especializada en inyectables para atender un incremento de la demanda. “Estamos haciendo todos los ajustes y podríamos triplicar la producción en 30 días si se requiere”.

En el mercado local Procaps vende unas 1,5 millones unidades de dexametasona mensuales en presentaciones de 4 y 8 miligramos y en general, la compañía tiene una capacidad de producción de 85 millones de inyectables anuales.

El fármaco está disponible tres formas farmacéuticas diferentes: oral, oftálmica e inyectable. En total en Colombia se comercializan anualmente alrededor de 5,7 millones de cajas comerciales siendo los inyectables el 97% de dicha cantidad, según registros del SISMED. Herny Patiño, gerente de Genfar, señala que en su red de producción tienen la capacidad de fabricar hasta 42 millones de inyectables, lo que les permite reaccionar a fluctuaciones en la demanda.

“Genfar produce alrededor de 9 millones de ampollas de Dexametasona de 4 miligramos y 8 miligramos al año, con las cuales cubrimos las necesidades de salud de pacientes en Colombia, Perú, Ecuador y Centro América”, dijo Patiño a Forbes.

Los médicos han enfatizado que este fármaco suprime el funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que no se pueden emplear en las etapas iniciales de la enfermedad: solo son útiles en la etapa inflamatoria. “Nos preocupa un poco la desinformación, nos genera desconcierto por la seguridad de los pacientes. Para un paciente leve o asintomático no hay ningún beneficio, así que más bien el medicamento podría hacerle daño”, refirió a Forbes la doctora Luz Adriana Aristizábal, directora médica de Vitalis.

De manera más concreta, Aristizábal comenta que la intención de la industria es que sean los médicos quienes administren el uso del fármaco a pacientes que realmente lo necesiten. De hecho prevé que a nivel local no se necesita incrementar tanto la producción. Desde Vitalis dicen que en el último año esa compañía comercializó unas 10 millones unidades de este medicamento, en una demanda normal.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, desde la sede del organismo en Ginebra, aseguró en una conferencia de prensa que el desafío ahora es incrementar la producción y distribuir de forma rápida y equitativa la dexametasona, especialmente donde sea más necesaria. El experto etíope confirmó que desde la semana pasada ha aumentado la demanda de este fármaco.

“Afortunadamente, es una medicina barata y de la que hay fabricantes en todo el mundo, así que estamos confiados en que éstos aceleren su producción”, dijo Tedros.

El responsable de la OMS añadió que debe darse prioridad a los países que más casos tienen en la actualidad, y la producción y distribución debe llevarse a cabo “con transparencia y constante supervisión” para evitar productos falsificados o por debajo de los estándares de calidad.

Reiteró que “debe usarse sólo con pacientes graves o críticos” de COVID-19, ya que no hay evidencia de que tenga efectividad en casos leves o como forma de prevenir contraer el coronavirus en personas sanas.

Tomado de: www.forbes.co